miércoles, 15 de julio de 2009

Lenguaje corporal, Escucha, Conversaciones Públicas y privadas


Según Rafael Echeverría, escuchar, es el lado oculto del lenguaje.


Escuchar valida el hablar.


Hablamos para que nos escuchen. No tendría sentido la existencia de las conversaciones si no hubiera alguien ahí para escucharlas (aunque ese alguien seamos nosotros mismos).


Cuando dos o más personas se encuentran y conversan, digamos que los oídos van a poder escuchar una conversación, que llamaremos pública.


Sin embargo, en ese momento va a haber en juego más de una conversación.


Además de la conversación pública (que puede ser percibida por los oídos), cada uno de los participantes de esa conversación tendrá también su conversación privada… que sólo percibe él mismo. Esta conversación privada no es buena ni mala en sí misma. Simplemente ocurre.


En algunos casos puede ser muy funcional a mi escucha para con otro, o en otros puede ser bastante perjudicial (por ejemplo, cuando me “enrosco” en esa conversación privada, y ese enroscarme me impide focalizarme en la conversación pública que tendría que estar escuchando en ese momento).


En su revisión del concepto de Escucha, Echeverría postula que, no sólo escuchamos con los oídos. La nueva propuesta, o “definición” si vale el término, es que escuchar es percibir + interpretar, y los seres humanos percibimos con todos nuestros sentidos.


Escucho con el cuerpo, y escucho también “al” cuerpo.


Puedo inferir en qué estado de ánimo o emoción está el otro con solo “escuchar” (percibir + interpretar) su lenguaje corporal. Posteriormente puedo constatar la validez o no de esa inferencia, chequeándola con mi interlocutor o indagando sobre aquello que percibí.


Por otra parte, acompañar al otro desde el lenguaje corporal, va a hacer mucho más fluída y sencilla mi escucha.


¿Alguna vez te pasó que te dijeran "no me estás escuchando" cuando sí lo estabas haciendo? Recordá como era tu corporalidad cuando tu interlocutor interpretó que no lo escuchabas... ¿lo estabas mirando?... ¿tu postura corporal era similar a la de él o era totalmente distinta?.


Y por el contrario... ¿te pasó de hacer como que escuchabas mientras tus conversaciones privadas estaban en otro lado?... ¿y hacerlo de una manera tan convincente que tu interlocutor nunca se enteró de que ya te habías "ido" de la conversación?... ¿Recordás cómo hiciste para que pareciera que sí escuchabas?... Apostaría que tu cuerpo... algún movimiento de cabeza... algún contacto visual... o algún "ahá" por ahí perdido daba señales de que estabas escuchando.


Las situaciones descriptas no nos hablan de otra cosa que de la importancia del cuerpo en el acto de la escucha. Si hacemos memoria, posiblemente nos daremos cuenta de que las ocasiones en que más efectivamente escuchamos tienen que ver con un "escuchar con el cuerpo" además de con los oídos.


Cuando mi lenguaje corporal no acompaña, contribuyo a que las conversaciones privadas de mi interlocutor tomen mucha más fuerza, tanta que lo hagan perder el hilo de la conversación y tanta, tanta, que tal vez necesiten salir al ámbito de la conversación pública a la manera de un reclamo del tipo: "¡NO ME ESTÁS ESCUCHANDO!".


En conclusión, para mí, el lenguaje corporal, entre otras cosas, es una herramienta muy poderosa con relación a la calidad de mi escucha. Por otra parte, ciertas corporalidades me serán más funcionales para escuchar mejor.... sobre todo cuando los cuerpos de los participantes en una conversación están en una “sintonía” similar.


Si pensamos que el conversar es como una danza, no acompañar con el cuerpo sería algo parecido a tener a dos bailarines bailando danzas distintas, a ritmos diferentes y con códigos incompatibles. El producto final puede ser un baile bastante caótico, con el cual ninguno de los dos se sienta cómodo, ni acompañado, ni comprendido.



(Imagen Escucha: http://es.dreamstime.com/)


2 comentarios:

  1. Me encantó el artículo
    felicitaciones

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  2. Tambien tendriamos q diferenciar el oir del escuchar. Hay personas q no siempre estan dispuestas a escuchar....

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